AL INICIO FUE LA FÁBULA



- La siguiente es una adaptación que hizo, hace algunas décadas, el escritor uruguayo Mario Benedetti (1920-2009) de la antiquísima fábula griega de análogo título:


EL AMOR Y LA LOCURA


Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan loca, les propuso: ¿Jugamos a las escondidas?

La Intriga levantó la ceja intrigada, y la curiosidad, sin poder contenerse, preguntó: ¿A las escondidas? ¿Cómo es eso?

Es un juego, explicó la Locura, en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón. Mientras tanto ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que yo encuentre ocupará entonces mi lugar para continuar así el juego.

El Entusiasmo bailó secundado de la Euforia, la Alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la Duda, e incluso a la Apatía, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar, la Verdad prefirió no esconderse, ¿para qué?, si al final siempre la hallaban.

La Soberbia opinó que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido de ella) y la Cobardía prefirió no arriesgarse.

Uno, dos, tres … comenzó a contar la Locura.

La primera en esconderse fue la Pereza, que como siempre se dejó caer tras la primera piedra del camino.

La Fe subió al cielo y la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto. La Generosidad casi no alcanzaba a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: que si un lago cristalino, ideal para la Belleza; que si el vuelo de la mariposa, lo mejor para la Voluptuosidad; que si una rendija de un árbol, ideal para la Timidez; que si la ráfaga del viento, magnífico para la Libertad. Así que terminó por ocultarse en un rayito de sol.

El Egoísmo encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo…pero sólo para El.

La Mentira se escondió en el fondo de los Océanos, mientras la realidad se escondió detrás del arco iris y la Pasión y el Deseo dentro de los Volcanes.

El Olvido… se me olvidó donde se escondió, pero eso no es lo importante. Cuando la Locura contaba 999,999, el Amor no había encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado, hasta que divisó un rosal y enternecido decidió esconderse entre sus flores.

Un millón… contó la Locura y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la Pereza, a tres pasos de una piedra.

Después se escuchó a la Fe discutiendo con Dios en el cielo sobre la Teología;y a la Pasión y el Deseo los sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a la Envidia y, claro, pudo deducir dónde estaba el Triunfo.

Al Egoísmo no tuvo ni qué buscarlo, solito salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la Belleza, y con la Duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada en una cerca sin decidir de qué lado esconderse.

Así fue encontrando a todos. Al Talento entre la hierba fresca, a la Angustia en una oscura cueva, a la Mentira detrás del arco iris… (¡mentira!, si ella estaba en el fondo del Océano) y hasta el Olvido, que ya había olvidado que estaban jugando a las escondidas.

Pero…el Amor no aparecía por ningún sitio.

La Locura buscó detrás de cada árbol, en cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas… y cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal y las rosas. Tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó: las espinas habían herido los ojos del Amor. La Locura no sabía qué hacer para disculparse. Lloró, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.

Desde entonces; desde que por primera vez se jugó a las escondidas en la Tierra, el AMOR es ciego y la LOCURA siempre lo acompaña.







La fábula es una especie literaria que se relaciona, en un primer momento con el género épico y, en la actualidad, con el narrativo. Al parecer, quien le dio forma y estructura formal fue un griego llamado Esopo:

Esopo (en griego antiguo Αἴσωπος, Aísōpos, latinizado Aesopus) fue un fabulista de la Antigua Grecia.

En la época clásica su figura gozaba de gran popularidad, pero se vio rodeada de elementos legendarios que hacen difícil establecer de manera precisa cualquier dato seguro sobre su biografía.

La primera referencia que se conoce sobre Esopo es un kílix de figuras rojas fechado en torno al año 470 a. C. donde aparece representado hablando con una zorra. En fuentes literarias de la Grecia clásica aparece citado por Heródoto, ​Aristófanes, ​ Aristóteles, ​ y Platón. Este último dice que Sócrates se sabía de memoria y versificaba los apólogos de Esopo. Hacia el siglo I se estima que surgió una biografía novelada de autor anónimo titulada Vida de Esopo, ​ y mucho más tarde, en época medieval, Máximo Planudes elaboró otra Vida de Esopo, repleta de elementos folclóricos y legendarios.

Con respecto a su ubicación cronológica, suele haber coincidencia en que vivió en torno a los siglos VII y VI a. C: Heródoto lo hace contemporáneo del rey Amasis (570-526 a. C.); Heraclio de Ponto, escoliasta​ de Aristófanes, lo ubica hacia el 540 a. C., mientras que, para Fedro, habría sido contemporáneo de Pisístrato (c.606-527 a. C.) ​ La Suda sitúa el punto central de su vida en la 40ª Olimpiada (año 620 a. C.) y su muerte en la 54ª (564 a. C.).

Diversos autores sitúan en diferentes lugares su nacimiento: Heraclio de Ponto lo menciona como una persona natural de Tracia; ​ Calímaco dice que era de Sardes; ​ Fedro en sus Fábulas, ubica su lugar de origen en la región de Frigia, ​ al igual que Aulo Gelio; ​ Planudes, por su parte, sitúa su nacimiento en Amorio, también en Frigia. Según la Suda, había diversos lugares que se consideraban como la patria de Esopo: Sardes, Samos, Mesembria (en Tracia) y Cotiea (en Frigia).

Diversas fuentes señalan que fue esclavo de Janto y posteriormente liberto de Yadmon o Idmon. Compartió esclavitud con la cortesana Rodopis. Tras ser liberado estuvo al servicio del rey Creso de Lidia.

La tradición señala que llegó a Delfos con una gran cantidad de riquezas de parte del rey Creso para hacer ofrendas a Apolo y para distribuir una parte entre los habitantes del lugar pero, tras una disputa con los delfios, decidió hacer únicamente el sacrificio a Apolo y reenvió el resto de las riquezas a Sardes, para reintegrárselas a Creso. Entonces Esopo fue acusado por los delfios de sacrilegio y murió despeñado desde las rocas Fedríadas o desde la roca Hiampea. Como la acusación resultó ser falsa, los delfios quisieron compensar económicamente a quien tuviera derecho, para calmar la cólera de Apolo. Fue un nieto de Yadmon, a quien Esopo habría servido como esclavo, el que se presentó a cobrar la indemnización.

Taciano cita una famosa estatua de Esopo realizada por Aristodemo. ​ Otra estatua suya fue realizada por Lisipo, que algunos estudiosos han puesto en relación con un busto de Villa Albani de época romana. ​

Las fábulas de Esopo tienen su origen en la época arcaica. Fueron recopiladas en el siglo IV a. C. por Demetrio de Falero, aunque esta recopilación se perdió. La principal colección de fábulas atribuidas a Esopo de donde se basan muchas ediciones modernas es la llamada Augustana, anónima, que algunos autores fechan en el siglo I o II y otros en el siglo V, y se complementa con otras dos colecciones anónimas, la Vindobonense, del siglo VI y la Accursiana, probablemente del siglo IX.

La estructura de la fábula esópica ha sido definida por varios autores, pero la más completa se le atribuye a Nojgaard quien distingue en la narración tres elementos o momentos imprescindibles:

-       La situación de partida en que se plantea un determinado conflicto, entre dos figuras, generalmente animales.

-       La actuación de los personajes, que procede de la libre decisión de los mismos entre las posibilidades de la situación dada.
-       La evaluación del comportamiento elegido, que se evidencia en el resultado pragmático, el éxito o el fracaso producido por tal elección.

Las fábulas de Esopo fueron adaptadas por autores como Fedro y Babrio, en época romana; Jean de La Fontaine, en el siglo XVII y Félix María Samaniego, en el XVIII.



El interés por las fábulas de Esopo fue continuo durante toda la Antigüedad y no decayó durante la Edad Media, cuando se mezclaron los fabularios con los grecorromanos (conocidos como Isopetes, es decir Esopos, o Romulus). Durante el Renacimiento las fábulas de Esopo y las de Fedro se convirtieron en libro preceptivo de las universidades y así continuarían por mucho tiempo.





EL PERRO Y SU REFLEJO


Vadeaba un perro un río llevando en su hocico un sabroso pedazo de carne.  Vio su propio reflejo en el agua del río y creyó que aquel reflejo era en realidad otro perro que llevaba un trozo de carne mayor que el suyo.

Y deseando adueñarse del pedazo ajeno, soltó el suyo para arrebatar el trozo a su supuesto compadre.

Pero el resultado fue que se quedó sin el propio y sin el ajeno: éste porque no existía, sólo era un reflejo, y el otro, el verdadero, porque se lo llevó la corriente.


Nunca codicies el bien ajeno, pues puedes perder lo que ya has adquirido con tu esfuerzo.

Fuentehttp://www.primeraescuela.com/themesp/fabulas/perro-reflejo.htm






LA ZORRA Y LAS UVAS


Era una tarde muy soleada y calurosa. Una zorra, que había estado cazando todo el día, estaba muy sedienta.

“Cómo me gustaría encontrar agua”, pensó la zorra.

No queriendo abandonar, la zorra tomó impuso para alcanzar las uvas. Fue inútil, no pudo alcanzar las uvas.

La zorra saltó y brincó una y otra vez, pero no pudo alcanzar las uvas en ninguna ocasión. Al final la zorra estaba más sedienta y cansada que nunca.

“¡Qué tonta soy!”, dijo la zorra con rabia. “Las uvas están verdes y no se pueden comer. De todas maneras, ¿para qué las querría?
Y así se marchó la zorra.


Nunca traslades la culpa a los demás de lo que no eres capaz de alcanzar.

Fuente: https://www.educapeques.com/cuentos-infantiles-cortos/fabulas-para-ninos/fabulas-de-esopo-zorra-y-uvas.html





ESTUDIOS SOBRE LA IMPORTANCIA DE LA FÁBULA EN EL DESARROLLO EDUCATIVO Y LECTOR DE LOS ESTUDIANTES



biblioteca.udenar.edu.co:8085/atenea/biblioteca/85732.pdf






Comentarios

  1. Me parecen interesantes estos cuentos, para lo niños les crea el habito de lectura. del cuál hoy adolecen los adolecentes.

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  2. Qué buen tema escogido. La lectura es una de las deficiencias en nuestro país y, a través de herramientas como estas, se puede acercar a los niños (o público en general) a la lectura e ir desarrollando competencias lectoras. Me gustaría que se brinden algunas actividades o se presenten algunas recomendaciones.
    Un abrazo

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  3. Muy lindos cuentos. Es necesario ofrecer a los niños textos de temas como éstos, que les atraiga para así inculcarles el hábito de la lectura.

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  4. La finalidad del presente blog es la de ordenar información en referencia a diferentes formas de textos literarios, los cuales puedan promover la lectura y la comprensión de lo que se lee, ya sea de manera particular o según las sugerencias y estrategias propuestas por los docentes.

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